El útimo vuelo

Historia triste El útimo vueloContó los pasos hasta llegar al balcón de su ventana. Le temblaban las piernas pero aún así tomó fuerzas de donde no habían y se subió al barandal de hierro, abrió los brazos y recordó en cámara lenta los momentos vividos junto a él, cuando volaban juntos en aquellas largas conversaciones frente al monitor; los abrazos intangibles que atravesaban el océano y la distancia.

Los besos que nunca se dieron pero que nunca calentaron como una brasa incandecente sus labios. Lo suyo era una relación cibernética, un romance febril internáutico, de esos que son tan frecuentes hoy en día debido a la soledad y el vacío provocados por el convulsionado mundo moderno. Pero esa ilusión tejida en aquella red social inevitablemente llegó una tarde a su final.

Él cortó con frío glacial y sorpresivo el imperceptible lazo que los unía. Pero en realidad no fue tan sorpresivo: él estaba casado y ella lo sabía, él se lo había confesado desde el principio de la relación, nunca se lo ocultó. Aún así ella decidió arriesgarse e insistió en continuar con el prohibido romance. Sabía perfectamente que ese día llegaría pero nunca pensó que sería tan rápido…él dejó de escribirle y ella comenzó a marchitarse.

No pudiendo más con la pena y el dolor de aquél rechazo optó por terminar con todo, él era su vida y el punto más cercano a la felicidad. Ahora él ya no estaba, ya no tomaría su mano para volar juntos en aquellos viajes nocturnos donde tocaban envueltos en éxtasis las estrellas…así que ese día, con los brazos abiertos y los ojos cerrados saltó al vacío y pronunció dulcemente el nombre de su amado en aquel efímero y último vuelo.

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