Cerca de la mujer que quiero,
el deseo fluye como una fuente en mí.
Es ella la que enciende mi deseo,
es mi felicidad y mi bien.
Mi vida se ha llenado de ella,
más finge no saber nada de mí.
Me siento como una roca en el mar contra la que chocan las olas.
Me parece a veces insignificante
mi deseo de felicidad profunda.
Un gran deseo me enloquece.
Su rostro me invita a soñar, volar,
flotar cada vez que miro sus bellos ojos.
Ella está dentro de mi corazón.
Siento un impulso implacable de abrazarla
pero no lo hago por miedo a que no lo desee.
Te amo, mi amor,
y brindo por nuestro futuro amor.