Ella es hermosa y yo me siento prisionero
de los versos que le escribo.
De pie como una luz fina
está mi amada Carolina.
Es una persona maravillosa,
la confidente de mi alma.
Es bonita su sonrisa.
Su mirada y su rostro
parece un sol hermoso.
Quiero acariciar su cabello
para sentir su belleza.
Quiero acariciar su cuerpo puro y misterioso.
Carolina conoce todos los trucos de la vida,
sabe reír, llorar, vivir.
Todo es bello si ella está cerca.